El insomnio es un trastorno del sueño que padece el 80% de la población mundial en algún momento de su vida. Actualmente, se calcula que unos siete millones de españoles sufre insomnio crónico.

 

¿Qué es el insomnio?

 

Cuando somos incapaces de quedarnos dormidos o mantener el sueño, o no dormimos lo suficiente para restaurar la energía que necesitamos, y si esta situación se alarga durante más de un mes, afectando a nuestras relaciones sociales y a nuestra productividad laboral, entonces padecemos insomnio.

Podemos clasificar el insomnio basándonos en:

  • Su duración:
    • Transitorio, menos de 7 días.
    • Agudo, entre 4 semanas y 3 meses.
    • Crónico, más de 3 – 6 meses.
  • Su naturaleza:
    • Conciliación: cuando nos cuesta más de 20 minutos quedarnos dormidos.
    • Mantenimiento: si nos despertamos durante el sueño y tardamos en quedarnos dormidos de nuevo.
    • Despertar precoz: nos levantamos antes de haber dormido las horas necesarias y ya no volvemos a conciliar el sueño.

Los síntomas distintivos del insomnio, son:

  • Ansiedad, irritabilidad o depresión.
  • Despertares frecuentes durante el sueño.
  • Fatiga y somnolencia durante todo el día.
  • Grandes dificultades para dormir.
  • Incremento de los errores en el puesto de trabajo.
  • Madrugones.
  • Problemas de concentración, atención y aprendizaje.
  • Sensación de cansancio al despertar.
  • Tendencia a los accidentes.
  • Temor constante por la falta de horas de sueño.

Cuando, en el trascurso de tres semanas, tres o cuatro noches seguidas por semana suframos trastornos del sueño, debemos acudir a un especialista. Es importante ir a consulta antes de finalizar la tercera semana, para que el insomnio no se cronifique.

 

Insomnio, causas

 

Las causas de padecer insomnio son diversas. Generalmente, un insomnio agudo o transitorio se asocia a acontecimientos inquietantes o cambios de rutina, pero las causas del insomnio crónico son multifactoriales, predominando:

  • Alteraciones emocionales: situaciones que nos generen estrés, ansiedad, angustia, tensión psicológica, miedo o tristeza.
  • Cambios de horarios: cambios que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas.
  • Hábitos de sueño inapropiados: horarios irregulares para dormir, siestas prolongadas, actividades excitantes antes de acostarnos o uso de pantallas en la cama.
  • Cenas abundantes.
  • Enfermedades: fisiológicas o mentales.
  • Consumo de excitantes: cafeína, alcohol, té, mate o fumar.
  • Fármacos: antidepresivos, antihipertensivos o aquellos que incluyen cafeína, entre otros.

Mención aparte para los trastornos del sueño relacionados con la vejez. Los patrones de sueño de las personas mayores son distintos a los de un adulto o un niño, su sueño es más liviano y pasan menos tiempo en el sueño profundo, lo que hace que se despierten un promedio de 3 o 4 veces, también influyen las ganas de orinar durante la noche (nicturnia), la ansiedad, los síntomas de posibles enfermedades crónicas o la influencia de determinados fármacos.

 

Insomnio, tratamiento

 

Actualmente, para tratar el insomnio se usa terapia y pastillas para dormir. Pero, ninguno de estos tratamientos funciona sin un cambio en el estilo de vida de la persona con insomnio.

El paso más importante para el especialista es encontrar la causa del insomnio y enfocar el tratamiento en ella, y no sólo en la sintomatología. El siguiente paso es valorar los hábitos de descanso de la persona con insomnio.

Identificados los dos primeros puntos, la primera línea de tratamiento consiste en terapias cognitivo-conductuales, para mejorar los hábitos de descanso del enfermo, y técnicas de relajación. Las terapias no farmacológicas tienen menos efectos secundarios, requieren la participación activa del enfermo, son eficaces a largo plazo y tienen menor riesgo de recaídas.

Con todo, los mejores resultados se obtienen aplicando conjuntamente terapia y pastillas para dormir.

El uso de pastillas para dormir es antiguo y funciona, siempre que se usen adecuadamente. Las pastillas para dormir deben consumirse en dosis bajas y con el objetivo de abandonarlas en cuanto establezcamos hábitos de descanso adecuados. Se trata de medicamentos hipnóticos que debe prescribir un especialista.

 

¿Se cura el insomnio?

 

El insomnio puede curarse y también podemos prevenir los trastornos del sueño, pero no podemos recuperar 100% las horas de sueño perdidas, pues recuperar horas de sueño al día siguiente nunca tendrá los mismos beneficios para la salud que dormir cuando corresponde y las horas que el organismo necesita.

 

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